El consumo de ácido fólico durante el embarazo cumple un importante rol en el desarrollo del bebé ya que ayuda en la prevención de anomalías congénitas, sobre todo del tubo neural; así lo señaló la doctora Cecilia Ibáñez Rodríguez, médica ginecobstetra del Instituto Nacional Materno Perinatal.
Sostuvo que el consumo temprano de esta vitamina del grupo B, ayuda en la regulación y crecimiento de las células de los distintos sistemas que son vitales para el crecimiento del bebé, especialmente en los primeros días posteriores a la concepción en donde existe mayor proliferación de células que ayudarán en la formación de los órganos vitales del bebé.
Por otro lado, indicó que no consumir ácido fólico en el embarazo podría ocasionar que el bebé presente defectos de nacimiento en el cerebro y espina dorsal como la espina bífida, además de anomalías cardiacas o restricciones en el crecimiento durante el embarazo que podría tener como consecuencia desnutrición o un parto prematuro.
En ese sentido, recomendó a todas las mujeres que estén en tratamiento de fertilidad o estén planificando tener un bebé consumir una tableta de 400 microgramos por día de ácido fólico, de uno a dos meses antes de la concepción. “En el caso de aquellas mujeres que ya han tenido bebés con cardiopatías o espina bífida y están planificando tener otro bebé, deben iniciar su consumo en etapas muy tempranas”, sostuvo.
El consumo de ácido fólico también ayuda a la madre ya que es necesario para la maduración de proteínas estructurales y hemoglobina. “Se debe consumir inclusive después del parto ya que va a ayudar en la recuperación de los tejidos de la madre y evitará la anemia, además reforzará su sistema inmunológico para el inicio de la lactancia materna”, señaló.
Finalmente, dijo que el ácido fólico se encuentra en las frutas cítricas, las menestras, carnes rojas y las verduras de hojas verdes como la espinaca, acelga, brócoli, albahaca y otros, por lo que es importante que la gestante lleve una alimentación rica y balanceada.